A pesar de las “leyendas urbanas” que circulan en nuestro entorno, para acudir a un psicólogo no hace falta estar mal ni estar enfermo: tan sólo querer mejorar. La psicología nos aporta herramientas que son muy útiles para nuestro desarrollo como seres humanos así como para afrontar circunstancias vitales complicadas que inevitablemente aparecen y vienen acompañadas de malestar o sufrimiento.
No dispongo de varitas mágicas ni pastillas milagrosas, pero sí me comprometo contigo a trabajar desde el primer día para ayudarte a caminar hacia la vida que quieres vivir.
Aparte de los problemas humanos o dificultades ante hitos vitales complicados, trabajo especialmente con trastornos de ansiedad, depresión, estrés laboral, insomnio, problemas interpersonales, problemas de trabajo, problemas de comunicación, inseguridad, dificultades en el manejo estrategias de afrontamiento y autocontrol, y autoestima y autoconcepto dañados.